miércoles, 2 de noviembre de 2005

Consultas médicas.

Cuando, el otro día, decía que estaba de hospitales, me refería a que, aprovechando la estancia vacacional de mi abuela, mi madre nos llevó a mi hermano y a mi por las distintas consultas para "chequearnos" y ver si nos podía vender en el mercado negro (algo que hace normalmente cada 2 años desde que tengo uso de razón, que es desde hace poco):
-¿Su hija es alérgica a algún medicamento?
-No, que yo sepa, no.

Y yo, harta de que repitiese siempre la misma frase, la pregunté que porqué no decía que no directamente. Ella me contestó que la gente no estaba completamente segura y que siempre debía de contestar eso, de que no hiciese tantas preguntas, que parecía una niña chica, recoge tu cuarto, blablablá....

Por fin, la última consulta del día y, como es costumbre familiar, entramos todos. La ginecóloga (todavía no entiendo porqué me llevó ahí) me empieza a hacer preguntas:
-¿Tu primera regla? (qué de confianzas se toma la mujer, a mi de usted, pofavó)
-Hace tiempo.
-¿Pero cuando? (qué cotilla)
-Pues por la virgen del Pilar... creo...
La mujer se pone a buscar en el calendario cuando toca eso.
-¿Es regular?
-¿El qué?
-La regla
-Claro, ni buena, ni mala... es normal, regular...
-No, digo que si te coincide los días, cada 28, cada 29. ¿Entiendes?
-Claro, no es muy difícil.
-¿Entonces?
-Entonces, ¿Qué?
-Que si es regular, digo...
-Que sí mujer, cada 30 días, como un reloj (qué tia mas cansina).
-¿Te duele?
-El qué, ¿la regla?, no, me duelen los ovarios.
-Pues eso es lo que estoy preguntando.
-Sí, el @#$% ovario derecho me duele siempre.
-Es normal a tu edad. (¿Pues entonces para qué pregunta?)
-¿Has tenido alguna relación sexual?
Silencio en la sala, que la burra va a hablar.
-No, que yo sepa no...
Risas ahogadas por la parte masculina y pellizco doloroso de mamá.
-¿A qué te refieres?
-Que no, mujer -me corta mi madre- son cosas de la edad, jijiji.
-De acuerdo.

Después me mete en una sala muy blanca con un espejo, sacada de una película de abducciones extraterrestres, y me dice que me siente en una silla muy rara. La ginecóloga entra, me mira y cierra la puerta:
-¿Te da verguenza decir que has tenido una relación sexual delante de tus padre, porque a mi me puedes contar la verdad, eh?
-¿A mi? ¿Verguenza?. No, que yo sepa, no.

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Alicia