jueves, 25 de mayo de 2006

Historias para no dormir

El Lamborghini corría a toda velocidad mientras pasaba el término municipal de Marbella. Me perseguía la mafia tirando piedras al coche, a mi no se me había ocurrido otra cosa que robarlo. Me metí por un bosque para evitar a los mafiosos, conduje un par de kilómetros y ya no estaban. En cambio, al frente, un grupo de gente, rezaban en torno a alguien.
Salí del coche, los cansinos de la mafia le habían dejado unas cuantas raspaduras a la pintura amarilla.Sobre todo, había una que resaltaba entre todas las demás: en el techo, la chapa se había hundido. Cerré el coche, mirándolo con gran pesar, y me acerqué a la multitud.
-No puede ser- me decía asombrada. Pero si que lo era:
-¿¿¡¡Jesucristo!!??
-Sí, señorita.
-¡Hala! ¿y qué haces tu por aquí?
-Pues, ya ves, repartiendo sacramentos.
-Ah... mira, tengo un Lamborghini.

-¡mira! ¡Pedazo de coche! Pero, ¿qué son esos bultos?
-Oye, para ser omniloquesea, mu listo no eres. Son pedradas.
-¿Han lapidado a tu coche? ¿Los coches pueden ser adúlteros?
-Bueno, digamos que este lo ha sido, se ha ido con otro que no es su dueño...
-No te preocupes, hay que perdonar.
Levantó las manos y el coche apareció como recién pintado.
-Bueno, yo me voy, que estoy escapando de unos mafiosos y tal...
-Venga, oye, ¿para dónde vas?

-¿Yo? Pues no se.
-Si no sabes, ¿me podrías hacer el favor de llevarme en el coche?
-No, si no te conozco de nada.
Y arranqué el coche. Cinco o seis minutos después me decidí a encender la radio. Primero empezó a sonar reaggetón:
-¿qué es esto? ¿esta no es la canción que pone mi hermano?
Los pedales del coche empezaron a agarrarme los pies:
-Niña, levanta, que ya es la hora, ¡venga que después llegamos siempre tarde!


Jo... yo que siempre había deseado tener un Lamborghini...

lunes, 22 de mayo de 2006

¡!

Ya me daba lástima hasta de mi misma. Este es uno de los momentos de tu vida en los que tienes que decidir: si no saber que decir durante el resto de tus días o sentarte frente al ordenador para que, el día que tengas algo que decir, alguna persona de este planeta lo lea. Y quieras que no es una decisión difícil y arriesgada. Y cansina.

Pero como veis, me he decidido: prefiero mil veces hablar de nada que callarme algo. Y lo bueno de estas cosas es que escuchas, lees y haces cosas que te gustaría contar en un post, pero no en este, en otro quizás... Y una cosa lleva a la otra, y a la otra y a la otra y llega un momento en el que te da vergüenza escribir aquella cosa que te parecía bien en un principio. Como dice mi santa madre: ¡Qué trágica eres, niña!

Porque para estas cosas soy muy extrema, yo lo reconozco. Pero es que era entrar en esta paginita y ver todo el espacio en blanco que debería estar lleno de letras y me daban unas ganas de ponerme a jugar al juego ese tan divertido que había encontrado por internet... Que no es excusa, lo se, pero, ¡leches!, que bien me lo pasaba jugando al caracol, al mahjong o a los lemmings...

lunes, 8 de mayo de 2006

Ni p*** caso

-Oye, Lucía, ¿me firmas aquí?
-Ehm, no soy Lucía, soy Flu.
-Uhm, si Lucía, vale, pero ¿me firmas o no?

lunes, 1 de mayo de 2006

Después me diréis que no es para pegarles.

Conversación entre una sevillanita y Flu:
-Bueno, Flu, ¿tú de dónde eres?
-De aquí.
-¿Si?
-Si.
-Anda, ¿pero la gente aquí vive todo el año?
-Ehm, si.
-¿Pero tenéis institutos?
-Pues claro, 3 institutos.
-¿Si?¿Y todos trabajais en bares y en hoteles?
-...

Yo ya no se si es inculticia, estupidez o... algo.

Alicia